En Villa Castells la delincuencia no para: Robaron todo en una carnicería. Entraron por la cabina de gas

Al igual que en varios sectores de la Zona Norte platense, en Villa Castells la delincuencia se volvió moneda corriente. Con el agravante de que comerciantes y vecinos de la región coinciden en afirmar que conocen a los ladrones, porque roban desde hace tiempo y son todos del barrio. Por lo general aprovechan la noche para atacar.

Se tratan de hurtos con características muy similares, en donde tras la caída del sol, aprovechan la oscuridad para colarse en viviendas o negocios y sustraer todo lo que puedan. Principalmente se llevan: herramientas de jardín, bicicletas, escaleras, y sillas o mesas, entre otros elementos.

Por ejemplo, ayer por la madrugada, una carnicería familiar fue víctima de este contexto delictivo. El local se encuentra ubicado en la esquina de Calle 7 y 505. Los desconocidos irrumpieron y escaparon con dinero en efectivo y varios cortes de carne. Lo llamativo del caso es que para ingresar utilizaron la cabina del gas.

Los malhechores se encuentran prófugos. En diálogo con Diario El Día, Ludmila, hija del propietario, explicó: "Se llevaron la caja y carne, bastante carne". Y agregó: "Entre los cortes que robaron había dos tiras de asado, vacío, carnaza, cuadril, bola de lomo". Para adentrarse en el lugar, forzaron los caños del medidor y rompieron la pared que da hacia el interior del lugar. 

Según los frentistas, se trata de los mismos sujetos que los atracaron hace un año y medio, compuesto por un grupo de mayores que "mandan a menores para" que puedan "trabajar" sin mayores problemas. Según otro vecino, "viven todos por acá cerca". Por otro lado, el empleado de una pollería de esa cuadra aseguró: "Muchos pasan pidiendo comida o algo de plata durante el día". 

Villa Castells en jaque

Sobre esta realidad, otro habitante de la zona llamado José, aseguró: "Está complicado... entran a las casas, afanan bicis, piletas. En 7 y 506 entraron a robar, le pegaron a los hijos, al marido y para que no hagan la denuncia los amenazaron con que iban a volver". Además, en un sector particular que va de 5 a 10 y de 500 a 510, los "salta paredones" atacaron repetidas veces. 

En otro caso de inseguridad, una vecina (que prefirió resguardar su identidad), relató: "Por la zona de 6 y 506, un chico entró en la casa de un hombre para robar. Pero el dueño lo vio y lo molió a palos. Entonces, fue la madre del ladrón a quejarse y pedir explicaciones, y ella también recibió".

Por último, en Calle 10 y 502, cerca de las seis de la mañana, Federico oyó ruidos en el lavadero de su hogar.  Había sucedido lo peor, le habían robado una bicicleta que había comprado en forma reciente. "Cuando lo comenté en el grupo de WhatsApp que tenemos entre los vecinos enseguida saltó gente a contar casos parecidos, como el de una señora de 495 entre 9 y 10".

Fuente El Día