Contra viento y marea, desde el año 2015 a esta parte, los vecinos y vecinas de Gonnet y Villa Castells vienen luchando por el servicio de agua potable en la región. Sobre todo luego de aquella primera denuncia en donde se constató que el líquido presentaba un exceso de sodio que la hacía no apta para el consumo humano. 

A partir de allí, para los frentistas se volvió "normal" acercarse a la Delegación Municipal de Gonnet, ubicada en Calle 495 y 15 Bis para ir a buscar bidones de agua. Todo esto sumado a que la construcción del Acueducto Norte también tuvo fallas y nunca cumplió su real cometido.

Inclusive, desde NexoNorte adelantamos que la empresa ABSA, informó que recientemente detectaron graves irregularidades en la obra. Vale recordar que en su momento, se había prometido terminar con los problemas de provisión de agua de unos 30 mil vecinos de la Zona Norte. 

Las largas colas que se suelen armar para retirar los bidones.

Por ello, ya se inició el proceso de desvinculación de la UTE (Unión Temporal de Empresas) constituida por Coninsa SA y Mario Caroleo SA, por incumplimiento. El conducto, que nunca cumplió su misión, generó un constante gasto en reparaciones que obligaron a reducir su operatividad.

Esto genera que, por ejemplo, se siga hablando de "sequía" en sectores como el barrio AMEBS de Villa Castells, comprendido por las Calles que van de 505 a 508 de 9 a 10 Bis. Además, los propios residentes realizaron análisis bacteriológicos con laboratorios privados que determinaron que la poca agua que ingresa, tampoco es apta para consumir.

Uno de los estudios realizados por los propios vecinos sobre el estado del agua. Foto: Diario El Día.

Según informó Diario El Día, en la nota que los habitantes presentaron ante ABSA pidieron que se entreguen puerta a puerta bidones de agua potable, de acuerdo a lo que necesite cada familia. Y también que se exima del pago en lo correspondiente al servicio del agua, facturas que rondan los $1.000 mensuales.

Una de las perjudicadas, expresó: "Cobran por algo que no recibimos, las obras que hicieron no dieron resultado y los bidones que se entregan son pocos y obligan a los vecinos a amontonarse porque, a los pocos minutos que llega el camión de ABSA, ya se acaban".

Los frentistas están cansados y necesitan ver un cambio verdadero, ya que ni con la colocación de cisternas pudieron resolver el problema. Se espera que de una vez por todas, sus reclamos sean verdaderamente escuchados.