Lamentablemente, una vez más, la tragedia volvió a decir presente en City Bell en una importante arteria que ha crecido a pasos desmedidos desde su pavimentación en los albores de los años noventa. Por causas que todavía tratan de establecerse, un joven motociclista de 29 años, perdió su vida en Calle 28 entre 470 y 471.

Según fuentes del caso, todo ocurrió el pasado domingo 20 de marzo, cerca de las 22:00. La víctima, se trasladaba a bordo de su rodado, una Brava Aquila de 200 cc, de color rojo. Por motivos todavía desconocidos, perdió el control de su vehículo e impactó de manera fuerte y brutal contra el pavimento.

Tras el accidente quedó tendido en el asfalto y fue descubierto por un vecino de la zona, que al observar la gravedad de lo sucedido, se comunicó inmediatamente con el 911. Al lugar acudieron agentes del Comando de Patrullas Zona Norte, también de la Comisaría Décima, y profesionales del SAME que confirmaron el fallecimiento del muchacho, identificado de manera oficial como Leonardo Nicolás Merlo.

En diálogo con Diario Hoy, un representante policial aseguró: "Al parecer, aunque no sabemos por qué, el joven cayó del motovehículo sin que intercediera nadie más". Por otro lado, se detalló que el cadáver de la víctima será sometido a una autopsia. Por el momento se abrió una causa penal caratulada como "averiguación de causales de muerte".

Lo cierto, es que la transitada Calle 28 se ha convertido en una trampa mortal tanto para conductores como transeúntes. De hecho, en mayo del 2021, un hombre de 66 años, que también se trasladaba en motocicleta, fue hallado muerto en Calle 28 entre 471 y 472, es decir, a tan sólo una cuadra de donde ocurrió la reciente tragedia.

Por el camino pasan autos, camiones, motos (muchas de ellas a gran velocidad), bicicletas, micros y hasta vehículos con tracción a sangre, convirtiéndose en un verdadero caos vial. Los vecinos y vecinas temen que las tragedias se vuelvan "costumbre" y piden urgentes soluciones. En este sentido, se podrían tomar medidas, como por ejemplo, ordenar el tránsito delimitando una de las dos manos para poder estacionar.