domingo 16 de junio de 2024 - Edición Nº2020

City Bell | 2 ene 2024

Emotiva reflexión

✍️ Periodista, escritor e historiador de City Bell salvó su casa de un incendio gracias a sus vecinos

Las llamas amenazaron con llevarse todo en la casa de un histórico vecino de City Bell, pero la solidaridad de la comunidad fue más fuerte. Te compartimos su emotiva reflexión al respecto.


En las últimas horas del 2023, el querido y reconocido vecino de City Bell, Guillermo Javier Defranco, sufrió un incendio en su casa, en un espacio que utiliza como lavadero, taller y galpón. Afortunadamente y gracias a la solidaridad de la comunidad no pasó a mayores. 

Fiel a su estilo, el periodista, escritor e historiador de City Bell, no dudó en relatar lo sucedido en una reflexión en donde plasmó la importancia de la ayuda que recibió por parte de sus vecinos: "La solidaridad todavía existe; sin importar distancias, riesgos ni limitaciones físicas ni afinidad. La solidaridad se hereda; y se lleva en el alma".

Mientras que también aprovechó para dejar en evidencia la falta de recursos para el Cuartel de Bomberos de City Bell: "Un bombero no lo es por circunstancia sino porque lo lleva en el alma. Pero poco puede hacer sin los elementos necesarios".

En el año 2010, Guiilermo Defranco fue distinguido como "Personalidad Destacada" de la comunidad de City Bell.


Relato completo de Guillermo Defranco

"Podría ser una crónica policial; podría ser un editorial de denuncia. Pero acabará siendo, a pesar de todo, una de las mejores noticias que nos dejó el 2023 (que no fueron muchas) a horitas de cerrar la puerta antes de irse.

En casi el final de la tarde de ayer, 31 de diciembre, se nos prendió fuego el lavadero-taller-galpón de casa. Agotados los matafuegos de los autos y habiendo llamado simultáneamente al 911, las llamas aumentaban. Alguien que pasaba trotando me preguntó si necesitaba matafuegos

Ante mi respuesta empezó a correr sin freno para volver en moto con un extinguidor de 5 kilos en menos de cinco minutos (vive, dijo, a casi seis cuadras de casa). Y ya eran seis o siete los corazones buenos que estaban tirando agua que ni sé de dónde sacaron, porque en la red no hay presión. Yo, iluso, despejando la entrada para cuando llegaran los bomberos

El quincho de casa y el de al lado, que obran de cocheras, son de techo de paja y están separados por una pared del foco en llamas; si llegaban a tomar fuego, todo sería imparable. Llegó la policía que, como había hecho mi hijo José antes, llamó a los bomberos. Nada más. 

En medio del trajinar de ir y venir, alguien dijo que no había más llamas. Tiramos unos baldes más para más seguridad. Ya en la vereda, nos mirábamos las caras; estuve a punto de darle un abrazo prolongado a cada uno pero los miré a la cara, y luego de cuerpo entero: uno estaba descalzo, otro tenía una prótesis en una de sus piernas. 

Unos eran nietos de Pepe y Gogó, un matrimonio que fue de los primeros en asentarse en el barrio y a quienes conocimos hace más de treinta años, cuando llegamos Laura Billordo y yo a esta casa. Entre que el barrio cambió mucho y yo que no logro memorizar rostros, no sabía que estos descendientes de los viejos vecinos son también mis vecinos. Con ellos había también algún amigo que le puso el cuerpo y el alma al fuego sin importarle mucho que se estuviera arriesgando.

Más de media hora después llegó la autobomba desde Villa Elisa. Nos dijeron que la de City Bell está rota. Anotemos: City Bell, que tanto lo venden como lugar de moda y privilegios, no tiene guardia médica, no tiene una cama donde morir dignamente y, peor, donde nacer y tampoco tiene una autobomba

Les pedimos, casi rogamos, a los bomberos que enfriaran las paredes y la losa del techo. Trajeron un balde de los de pintura con un poco de agua y con una latita de las de fruta en almíbar, echaron un poco acá, otro poco allá, como cura que imparte una bendición. 

Sé, porque como periodista he entrevistado a más de uno, que un bombero no lo es por circunstancia sino porque lo lleva en el alma. Pero poco puede hacer sin los elementos necesarios.

Entonces, en el ocaso de 2023, me llegó la mejor de las noticias: la solidaridad todavía existe; sin importar distancias, riesgos ni limitaciones físicas ni afinidad. La solidaridad se hereda; y se lleva en el alma. Gracias".

NexoNorte, la información transforma.

OPINÁ, DEJÁ TU COMENTARIO:
Notas Relacionadas
Más Noticias

NEWSLETTER

Suscríbase a nuestro boletín de noticias