sábado 27 de julio de 2024 - Edición Nº2061

City Bell | 11 feb 2024

Personajes Norte

💘 El poeta de City Bell: Explorando la profundidad de Roberto Themis Speroni

Descubrí la profundidad y la belleza de la pluma de Roberto Themis Speroni, el poeta argentino que dejó una marca indeleble en la literatura. Explorá su conexión con lo divino y lo terrenal. Una oportunidad única para apreciar el legado de un maestro de la palabra que se crió en un chalet de City Bell.


Como ya hemos contado desde NexoNorte, Roberto Themis Speroni fue un gran poeta argentino que se crió en un chalet de City Bell de Calle 473 (Cantilo) entre 15 A y 17 y que falleció en la misma localidad a una edad muy joven, cuando estaba por cumplir 45 años.

A lo largo de su vida artística, Speroni supo colaborar en diversos diarios y revistas locales y en los principales diarios de la ciudad de Buenos Aires. Fue fundador de "El potro al viento" e integrante del grupo de las "Ediciones del Bosque". Además, dio conferencias en el Círculo de Periodistas, en La Prensa e instituciones culturales.

En esta ocasión, les compartiremos algunos de sus mejores versos, caracterizados por su creatividad e intimidad monumental, que seleccionó el colega Luis Buero (escritor, guionista,  periodista, psicólogo social y docente) y que fueron publicadas por La Prensa Digital.

Roberto Themis Speroni junto a la tapa del libro de Ana María Lahitte.

Sobre el poeta de City Bell, Buero señaló: "Fue un gran solitario que en los espacios de la alucinación y el delirio poético fue creando a través de un turbador peregrinaje existencial, y en convivencia con el dios de las cosas y los dones rurales, un universo extraño de belleza y de pasión que refleja en su propia imagen la angustia cósmica del hombre".


Un poeta en el hueso del invierno (1963) → Hay un niño

Roberto T. Speroni: "Hay en el norte un hombre que está triste, delicado y celeste como un junco, sumergido en un sitio de sulfuro. Es un hombre que ha visto por el ojo de las hachas el paso de la muerte, y que tiene debajo de la lengua una alondra. Y un dulce escalofrío. Es mi hermano también. Y en el quebracho ha descubierto a Dios y a las hormigas, que beben sangre y son como palomas. No sé si guarda un lecho donde un día pueda dormir mi hueso y mi garganta; no sé si tiene harina y sal, y menos tabaco en luto y piedra de ginebra. Pero sé, bien lo sé, que entre sus manos, hay un niño que canta y está ciego".


Paciencia por la muerte (1963) → Él ha dormido allí

R. T. S: "En la cocina, junto a la hornalla cálida y al gusto, que dejara la sopa en las cucharas. Él ha dormido allí, junto a la leña, y a los repasadores y al aceite, y a tanta cosa simple. Porque afuera el granizo mataba a los viajeros, a las gotas de lluvia y a los niños, escapados del sueño. Sí, ha dormido como un buen campesino. Y es muy cierto, porque acabo de hallar entre las brasas un fulgor singular, casi celeste, y en la ceniza tres enormes clavos, de negra y primitiva forjadura".


Padre final (1964) → Los Cerrojos

R. T. S: "Me alojarán en una veta fina. Harán conmigo una estación yacente, y me pondrán al lado de las manos, un hombre de tres clavos, un antiguo perseguido de luz. Ciertas personas, habitantes del uso y la costumbre, repararán, al fin, que fui una especie de cometa infernal, un constelado errabundo filial, un hongo triste, un insecto de tórax luminoso. Ese será el comienzo. Y los cerrojos se cerrarán de nuevo, como siempre".


Elegías alfabéticas (1966) → Elegía T

R.T. S: "Le debes avisar a las estrellas; tienes que estar de acuerdo con los astros, aunque te cueste tiempo. Por los hijos, no te preocupes ya. Ellos han vuelto, conocen, no son ciegos. Y es factible que entiendas estas cosas. Solamente, te pido que te pongas en contacto con las estrellas, y les discrimines esta forma de amor, esta empeñosa forma de amor no muy común ni clara, pero veraz en sus tribulaciones. Los familiares, el arroz y el vino, son dignos e importantes. Pero quiero que avises a los astros. Diles solo que mis huesos ya van, ya están de viaje. No los quise vender. No vendí nada que no fuera de tierra. Corre. Avisa. Los astros son los astros. Tú recuerdas cómo mira una estrella estando solos".

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