jueves 28 de marzo de 2024 - Edición Nº1940

La Región | 24 mar 2023

Día de la Memoria

✍ Triple A en Arturo Seguí: Crónica de un secuestro en la antesala de la dictadura

Cada 24 de Marzo se conmemora el Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia. Por ello fuimos a buscar una historia inédita, del año 1975. La familia de Ismael Llopart, el primer subdelegado de Arturo Seguí que junto con su hija, sufrieron un secuestro en manos de la Triple A. La Izquierda Peronista, la Policía Federal y un barrio platense son los elementos de una crónica hasta hoy desconocida.


La última dictadura cívico-militar oficialmente comenzó el 24 de marzo de 1976, pero fue gestándose meses y hasta los años anteriores. En el año 1975 Francisco tenía 13 años. Una noche un ruido despertó a la familia Llopart, después otro y otro más. Vidrios, partidos, se distribuían por el comedor de la casa. Las ventanas y las puertas habían sido dañadas desde afuera. 

El último impacto fue el mayor, contra la puerta de la calle; estaban adentro. "Eran las 3 de la mañana. Nos despertamos y vimos afuera algunos autos. Me acuerdo de un Ford Falcon verde y una Chevy naranja parados frente a la casa", recordó Francisco. Venían por el subdelegado Ismael y su hija Iris

María, la madre, comenzó a tener un ataque de nervios. "Ahí le pedí a los oficiales si podía ir a buscar al médico de la salita. Cuando estoy saliendo, un civil de afuera me dice ¿a dónde vas? y me da un culatazo con la Itaca en el estómago", relató Francisco y contó que luego llegó el médico para darle una inyección calmante a la madre: "¡En dónde lo metí!", dice ahora entre risas. 

La organización criminal Triple A fue una banda fascista que operó entre el 73' y el 76'. La misma, obró como antesala de la dictadura debido a su planificación desde el Estado, incluyendo zonas liberadas para secuestrar a luchadores obreros, estudiantiles y dirigentes populares. 

Tanto Francisco como Iris creen que esta organización estuvo a cargo de su secuestro, al señalar el lugar donde los tuvieron desaparecidos: la Policía Federal de Calle 49 y 15. Los creadores de la Triple A fueron José López Rega y el jefe de la Policía Federal, Alberto Villar

Francisco también contó: "Yo les dije esperá, mi papá es más importante en mi casa que yo, si él no está todo esto se viene abajo, le digo al hombre. Te pido por favor que me lleves a mí (al jefe de ellos), y que utilices mi cuerpo para cobrar tu sueldo. Pero a mi papá no le hagas nada porque es más importante que yo. Y el tipo me miró, me agarró de la cabeza y me dijo quedate tranquilo que a tu papá no le va a pasar nada. Mañana te lo hago volver, me lo prometes, si te lo prometo, bueno te tomo la palabra". 

El frente de la Policía Federal, el lugar en donde fueron retenidos Ismael e Iris. 

Iris describió a los hombres con el rostro tapado, vestidos de civil. A su vez, Francisco recordó lo que pidió su padre a los secuestradores, que se guardaban objetos y seguían rompiendo el inmueble: "Muchachos no rompan más los vidrios porque si la mujer queda viuda no va a tener plata para poner otros y la casa es humilde. Mi papá ya daba por sentado que lo iban a liquidar". 

Por su parte, Iris Llopart compartió su recuerdo de aquella madrugada de 1975: "El día que vinieron nos agarraron a mi papá y a mí. En esa rastrillada también secuestraron a una veintena de personas del barrio. Se robaron objetos de valor de nuestra casa, se los guardaron. De eso nos dimos cuenta a los días. Mirá fue muy perverso. Yo me acuerdo que me subieron al auto, me encapucharon y no podía reconocer por dónde me llevaban. Estuvimos viajando como una hora". 

A lo que sumó: "En un momento frenaron el auto y me hicieron bajar. Sentí la superficie, era pasto crecido. Escuché que recargaban unas pistolas o escopetas que tenían. Ahí me dijeron corré: ¡Corré! Yo estaba encapuchada y empecé a moverme hacia adelante. Escuché disparos ¿Te das cuenta de lo que hacían? Psicológicamente te mataban aunque no me hayan impactado. Eso querían". 

Iris repasa unas fotos de su casa por aquellos años, en blanco y negro. Las va acomodando en la mesa, y prosigue: "Con mucho miedo me llevaron y ahí reconocí una dependencia. Me hicieron caminar por los pasillos y vi un maniquí brillante con unos cables sobre una camilla. Ahí pensé otra vez que querían darme un golpe psicológico. Estaba semidesnudo, brillante y quieto. En la celda me encontré con mi papá, nos dejaron ahí".

Vale señalar que Iris ahora lo relata con la certeza de que eso quedó atrás. Si la escuchara un ser de otro planeta pensaría que son capítulos de una serie de acción, pero no, fueron etapas de la historia argentina

Por lo que Iris señaló: "Nosotros no sabíamos nada con ninguna actividad criminal. Nosotros trabajábamos en la Unidad Básica que es el terreno que está ahí atrás -señala-, eso era todo. Mirá qué ingenuos, que mi papá se llevó un libro para no aburrirme, me dijo. No teníamos idea o no queríamos creer lo que estaba pasando".

El libro que Llopart le llevó a su hija Iris cuando fueron secuestrados.

Además, Iris contó: "El libro que me había llevado se llamaba 'Yo visité Ganímedes'. Es una famosa crónica que narra un mundo extraterrestre y maravilloso, donde no existe la violencia ni los engaños porque las personas están por encima de eso. ¿Paradoja?".

Y también marcó: "Después de unas horas vino un uniformado y dejó una ametralladora con esa hilera de balas que se ven en las películas, y se fue. Con mi papá de los nervios nos la pasábamos haciendo conjeturas, no teníamos idea cómo se usaba, pensábamos que nos iban a matar ahí en ese cuarto pequeño". 

Iris destacó: "Después me sacaron y pude ver que estábamos en una Cámara Gesell, se veía y se escuchaba todo lo que hacíamos y decíamos". A continuación, explicó que a partir de ese día empezaron a mudarse seguido, de un lado a otro. Se fueron a Lanús con su papá: "A la Calle Juncal N°2534", aporta Francisco, mientras que su mamá se resguardeció en la localidad de San Miguel por un tiempo.  

Ya en democracia, Iris recuerda que su mamá la había invitado a un acto social. Allí había un hombre que la vio y se emocionó, empezó a hacer exclamaciones de emoción. ¿Quién era este tipo?, pensaba ella. "A los gritos fue y me abrazó, yo tenía vergüenza, nos estaban mirando todos, no entendía nada". 

Sobre esta anécdota, Iris expresó: "¿Sabés quién soy?, me preguntó. No, le digo. Soy el tipo que estaba en la camilla todo mojado cuando te secuestraron en la dependencia de la Federal, me dijo. Ahí lo reconocí, él era el garrafero de City Bell, venía acá a casa. En realidad lo habían desnudado y lo mojaban para que tenga más descarga la picana, lo estaban torturando en la camilla".

NexoNorte, la información transforma.

• Esta nota es la segunda entrega de una trilogía sobre historias inédidas de Arturo Seguí. Podés leer la primera, "95° Aniversario de Arturo Seguí: ¿La Avenida Arana se asfaltó con secadores de piso?" ácá.

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