🎂 De Catamarca a City Bell: ¿Quién es el vecino que cumplió 100 años de vida?

Dos cubos de madera forman unos dados; si se los toma uno con cada mano los dedos casi llegan a tocarse debido a su tamaño. Los tira al piso; cinco y dos, siete. Entre los sillones (uno doble y dos simples), sobre el suelo cerámico, Liliana recupera los dados lanzados previamente. Él tiene que aprender a sumar dice.

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En la esquina exacta de las intersecciones 474 esquina 16 vive Alejandro Antonio Sánchez Aguilar. Hace apenas unos días cumplió 100 años. Criado en Catamarca, formado en Campo de Mayo y asentado en City Bell con el Plan Vivienda de Eva Perón, desde 1947 transita las calles de la Zona Norte de La Plata. 

La casa se abre entre los rayos cálidos de otoño. Frente a la chimenea su hija, Liliana Sánchez Pórfido, es la interlocutora; Alejandro solo utiliza su oído derecho.

— "Nací en Catamarca, departamento de El Alto, distrito de Vilisman, el 6 de junio de 1923. Hice hasta el 2° año allá y me vine a Buenos Aires. Ingresé al Ejército Argentino, a la Escuela de Suboficiales, desde donde egresé como Cabo del Arma de Comunicaciones. Estudié en Campo de Mayo. Tuve como destino acá, City Bell, Batallón 2 de Comunicaciones (situado sobre la Calle 476)". 

— "En 1947 llegué a City Bell. Me designaron en compañía de teléfono, luego de radio (telegrafía). Y ahí ascendí hasta Suboficial Principal y me retiré con varios años de servicio. Siempre me quedé acá en City Bell".

— "Me acuerdo cuando nos mandaron a Bariloche. Fuimos a instalar el teléfono, que al momento la provincia no contaba con ese sistema de comunicación. Tiramos los cables, los postes, y yo subí con la caja haciendo las conexiones en toda la provincia. Después de la Segunda Guerra Mundial en Bariloche tenían teléfono. El resto de la Patagonia no tenía aún".

La noción de Estado en esas décadas era ser regulador mediante sus Fuerzas Armadas. Era usual que muchas de las actividades de infraestructura fueran realizadas por el ejército junto con todos los conscriptos. A medida que pasó el tiempo, ciertos puntos como la obra pública fue mediado por licitación y empresas privadas. En Bariloche, Alejandro protagonizó el primer equipamiento telefónico de la Patagonia. 

En el 2019 el Presidente de la Comisión del Arma de Comunicaciones e Informática, General de Brigada (R) Mario Troncoso, vino con su chofer al living de Alejandro y le entregó una medalla de honor. Estuvieron hablando como una hora y media, le cuenta Liliana a NexoNorte.

La medalla de honor recibida en 2019 por Alejandro Antonio Sánchez Aguilar, el hombre centenario de City Bell.

— "Con Elsa Pórfido nos casamos en el año 50, alquilábamos acá en frente. Cuando se vendió esta manzana compré el terreno, en el 54. De ahí nos construímos la casa con el Plan Eva Perón, típico de City Bell; techo de tejas, ladrillo a la vista todo eso es ese plan. Algunas tenían 2 y otras 3. Elegimos el segundo".

— "Esos vidrios -señala- no se rompieron nunca. La madera, todo, es original. Techo original. Después hicimos una ampliación, pero me refiero a que los materiales de la época duraron muchísimo. Muchas familias de City Bell pudieron acceder a la vivienda propia con ese Plan. En la década del 50 es justamente cuando empieza a poblarse este lugar".

— "Administré los recursos naturales del Batallón. Teníamos un mercado interno. La comida la producíamos nosotros. La leche para todo el personal provenía del tambo que teníamos; se ordeñaba y de ahí se obtenía. Resultaba mucho más económico a que la compre el Ejército y nos la mande. Después hubo carnicería, en la época del General Perón. Pero después las grandes empresas querían ganar terreno económico". 

— "Nosotros faenábamos los animales, la carne, para darle de comer a todos los soldados. Fruta y verdura, había huerta. Cultivábamos. Nos autoabastecíamos. Ahora sí viene todo, te mandan por presupuesto. A todos los soldados nos enseñaban a cultivar la tierra, a poner semillas. Vos te ibas de la conscripción y salías sabiendo mucho. A valorar también la ración de comida que recibían". 

— "Era producto de todas las hectáreas que hay acá, no nos mantenía el Estado. Teníamos panadería, hacíamos el pan. Ahora también les dan a los comedores de la zona. Hacíamos pan, pizza y facturas. Adentro te enseñaban a tener otras habilidades, no solo a hacer la guerra".

— "Después de Perón -bromean antes y después de Perón- cambió totalmente. El Estado Nacional expropia por eso depende del Ministerio de Defensa de la Nación. El Club Universitario era la cancha de golf de los ingleses. Esos terrenos fiscales a futuro tenían que tener un fin: desarrollo social y deporte, nada más".

— "Vinimos 4 compañeros después de haber egresado; Sanchz, Sala, Pórfido y Sánchez. Con Pórfido fuimos de maniobras a Corrientes. También a Uruguay, Paraguay, Brasil. En ese momento estábamos en Corrientes, con el fin de conocer el lugar de la frontera. Terminamos y nos quedaban dos días libres. Fuimos a San Nicolas, a la casa de él. Me presentó a su familia y a su hermana, Elsa. Con ella me puse de novio y después nos casamos". 

— "Mi mamá", dice Liliana.

Alejandro recuerda sus primeros años en el barrio -le cuesta hablar de ciudad-. 

— "Liliana de chica cruzaba acá en frente a comer mandarinas y naranjas, en invierno. En verano ciruelas, duraznos y peras a la hora de la siesta. La aventura de la hora de la siesta era comer fruta. Esta zona era toda quinta, aunque más bien era junco y pastizales".

— "Cuando vine había pocos habitantes, clima lindo, terreno alto. Todo esto era la Estancia de los Bell. A nosotros nos invitan todos los años el 29 de Septiembre, Día de San Miguel Arcángel, Patrono de las Comunicaciones. Yo soy uno de los veteranos. Suele venir el Jefe de las Fuerzas Armadas y el Jefe del Ejército". 

— "El presidente vino solo una vez. -Hace una pausa para reorientar el relato-, la única pavimentada era la Calle Cantilo (473). El gas natural llegó en los 80. Gas, pavimento, teléfono y la cloaca llegó todo junto. Se nos vino la infraestructura y lo pagamos en cuotas, era caro. Pero se hizo. En el 78 ya teníamos teléfono fijo acá".

— "Hablamos siempre entre Caminos (Belgrano y Centenario) y entre Güemes, Rivadavia o Alvear, ese cuadrado. City Bell ya dejó de ser pueblo. Nos cuesta mucho considerarlo ciudad, pero bueno por la densidad de población... Creció mucho".

En su cumpleaños número 100, Alejandro disfrutó junto a sus familiares. 

— "Hice boxeo, carrera a caballo, a pie, escalé montañas.. -una a una hace el conteo de sus actividades deportivas-. En el Ejército hice mucha gimnasia. Aparatos, barras, aros. Con el caballo me subía arriba, había que galopar y hacer lo que se llama la vuelta en movimiento. Es un círculo, uno sostiene las riendas del equino y éste va dando vueltas sobre el mismo eje y el gimnasta va arriba del caballo parado". 

 

— "Se tenía que girar hacia un lado y hacia el otro. Tenías que pararte en movimiento. También hice salto en largo de un trampolín sobre el lomo de los caballos; estaban puestos unos al lado del otro, anca con anca, una cabeza acá y otra cabeza acá. Eso te indicaba cuánto tenías que saltar. Caías al banco de arena. En el aire hacías una vuelta y caías de pie. Llegué a saltar 7 metros".

Luego de haberse jubilado, Alejandro practicó por un tiempo Golf en el Club Hípico y de Golf City Bell. 

— "Acá está el primer premio. Participamos con los de Buenos Aires, los de Ranelagh".


Las palabras de Alejandro en su compleaños

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